SALUD Y DEPORTE
La inactividad física es una de las causas de
aproximadamente un 21-25% de los cánceres de mama y de colon, del 27% de los casos de diabetes
y aproximadamente del
30% de la carga de cardiopatía isquémica, por ello, el ejercicio o la actividad
física es un hábito primordial para mantenerse en forma y tener una salud
adecuada. Sin embargo, en ocasiones cuando queremos realizar algún tipo no
sabemos por cual empezar o cuál es el más indicado. Hay algunos más fuertes,
otros menos potentes, etc. Cada persona debe adecuarse al estilo de ejercicio
que le convenga más o el que le resulte más atractivo de efectuar. La actividad
física se puede resumir en dos estilos de ejercitación. Están los llamados de
alto y bajo impacto, con características propias y distintos beneficios y
dificultades.
Hay que entender que las articulaciones son segmentos
vitales para el cuerpo, ya que permiten el movimiento de este y unen a los
huesos entre sí. Cuando se lleva a cabo una rutina de ejercicios, tienen más
probabilidades de dañarse, los nudillos, codos, hombros, rodillas, caderas,
tobillos, dedos de la mano y pie, según los médicos. Son zonas más sensibles y
que se pueden dañar con facilidad. Es por esto que se debe hacer un
calentamiento previo antes de cada actividad. El exceso o no hacer ejercicio
también afectan a estas articulaciones, produciéndose lesiones. Es bueno
entonces conocer qué ejercicios son más o menos potentes a la hora de
ejercitarse.
Ejercicios de bajo impacto
Los ejercicios de bajo impacto son los que minimizan
el estrés que actúa sobre el sistema osteomuscular (comprende huesos y
músculos). Es decir son los tipos de ejercicio que no los impactan de manera
fuerte, por lo que no repercuten tanto en este sistema. Esto hace que haya
menos posibilidades de sufrir lesiones o dolores. Este entrenamiento hace que
el esfuerzo del cuerpo sea menos fuerte, por ejemplo utilizando un pie en la
superficie, ya que los saltos o permanecer mucho tiempo en el aire, repercute
más en los músculos y huesos.
En estos generalmente, hay un pie que está en contacto
con el suelo siempre. La actividad de bajo impacto se desarrolla además en zonas
de bajo impacto, como pueden ser una colchoneta o una piscina. Entre los
ejercicios de bajo impacto, se encuentran los desarrollados con máquinas para
músculos, la natación, el ciclismo o las caminatas. Realizar estos ejercicios
no es algo complejo ni peligroso, es por esto, que son actividades especiales
para gente de la tercera edad, embarazadas, obesos, para la recuperación de
lesiones o para personas que quieren empezar con el ejercicio. Hay que entender
que bajo impacto no significa baja intensidad, ya que existen ejercicios
aeróbicos con intensidad alta que elevan la frecuencia cardíaca y nos permiten
quemar grasas.
Ejercicios de alto impacto
Los ejercicios de alto impacto producen un fuerte
impacto en nuestro cuerpo, a diferencia de los anteriores. Estos se
caracterizan principalmente porque durante la actividad deportiva, ambos pies,
dejan de estar en contacto con el piso, lo que hace que todo el peso del cuerpo
caiga o repercuta sobre sí mismo al momento de la caída. En cada una de las
caídas, se ejerce un estrés fuerte sobre el cuerpo al momento del “aterrizaje”.
Por esta razón es que muchos de los ejercicios de este tipo no son muy
recomendados sin la aprobación médica en personas con lesiones, problemas de
huesos o articulares o gente convaleciente.
Algunos ejercicios de este tipo son los que se
relacionan con saltos, correr o danza aeróbica, entre otros. Pero lo mejor es
combinar ambos tipos de ejercicios, en especial si se comienza con la actividad
física después de mucho tiempo o por primera vez. Lo importante es no
excederse.
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